"El jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire (José Jiménez Ruiz) adoptará todas las decisiones que procedan" hasta que haya garantías de un regreso a la normalidad, anunció el vicepresidente primero del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una comparecencia ante la prensa, a la que acudió junto a la ministra de Defensa, Carme Chacón, y al titular de Fomento, José Blanco.
Argumentando motivos de salud, los controladores aéreos comenzaron a ausentarse esta tarde de forma masiva de sus puestos de trabajo, lo que terminó causando el cierre del espacio aéreo español.
Tras la orden de Zapatero, el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire "exigirá la presencia de los controladores en sus puestos", explicó Rubalcaba, mientras militares se dirigían a los aeropuertos españolas para garantizar los vuelos mañana sábado.
De desobedecer las órdenes, los controladores podría podrían incurrir en un delito penado con hasta seis años de cárcel.
"Vistas las circunstacias extraordinarias (...) y dado que los representantes de los controladores no han depuesto su actitud", el gobierno, "de acuerdo con la Constitución", ha puesto en marcha los "mecanismos previstos", explicó el vicepresidente primero, que calificó la situación actual en España de "extrema gravedad".
Zapatero dio orden al Ejército esta noche de entrar en las torres de control de los aeropuertos y asumir el control del tráfico aéreo de España, después de que entrase en vigor de urgencia, a las 21:30 horas (20:30 GMT), el decreto ley aprobado por la mañana en el consejo de ministros que le permite ordenar esa militarización.
La Fiscalía de Madrid, entretanto, abrió diligencias penales contra los controladores que se ausentaron de su puesto el aeropuerto de la capital española por posible delito en el tráfico aéreo, en su variante de sedición, que puede conllevar penas de prisión de en torno a los diez años.
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