"Un individuo en un uniforme de la policía de frontera afgana apuntó hoy su arma contra la Fuerza Internacional de Asistencia para Afganistán (ISAF) durante una misión de entrenamiento, matando a seis efectivos en el este de Afganistán", dijo la fuerza liderada por la OTAN en un comunicado.
El reporte dijo que la persona que baleó a los soldados también murió. No dio más detalles, como la nacionalidad de los fallecidos.
El ataque contra los efectivos de la OTAN coincidió con la entrega de un informe que revela que el número de atentados con bomba disminuyeron en los últimos seis meses en Afganistán, según dijo hoy en Kabul un portavoz de ISAF.
El portavoz Josef Blotz precisó, no obstante, que los ataques de los insurgentes islámicos siguen siendo la mayor causa de que se produzcan bajas en el Hindukush. Sin embargo, los atentados con bomba son menos del 50 por ciento de los ataques contra soldados y civiles.
Hasta la fecha, los talibanes y otros grupos se habían centrado en ataques con explosivos de fabricación casera.
La razón de este retroceso son las detenciones de numerosos extremistas que intervienen en la planificación y ejecución de los ataques, explicó el portavoz, quien apuntó además que las autoridades se han incautado de grandes cantidades de explosivos. Y al éxito de las fuerzas de seguridad -añadió- han contribuido las indicaciones dadas por la población civil. "La gente en todo el país está sufriendo las amenazas", dijo Boltz.
Este es para las fuerzas internacionales comandadas por la OTAN el año más sangriento desde que comenzara la invasión de Afganistán a fines de 2001. Según las informaciones del servicio de Internet icasualties.org, desde enero más de 600 soldados extranjeros han muerto en Afganistán, y gran parte de las muertes se debe a los atentados con bomba. En los ataques han perdido la vida también numerosos civiles.
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